RemoteWork

La tecnología y el futuro del trabajo remoto

El trabajo a distancia se ha hecho cada vez más popular en los últimos años gracias al auge de las tecnologías de la información. Con las herramientas basadas en la Nube, los empleados ya no están limitados al contacto físico con jefes y compañeros y les da libertad para trabajar desde cualquier lugar con sólo un dispositivo portátil y una conexión a Internet. Esto permite a la gente organizar su vida en torno a su trabajo, ya sea viajando, tomando cuidado de la familia o simplemente por el gusto de trabajar en casa o desde una playa o montaña paradisiaca. No hay duda de que el trabajo a distancia se ha convertido en una opción popular para muchos empleados y empresarios por igual, debido a su flexibilidad y comodidad. 

Con la aparición de la pandemia del COVID-19, el trabajo a distancia experimentó un crecimiento sin precedentes, haciendo evidente que era posible que las personas pudieran trabajar desde casa e incluso, ser más productivas. Las empresas tuvieron que adoptar este formato laboral prácticamente de un día para otro para mantener sus negocios en funcionamiento al tiempo que se ajustaban a las directrices de distanciamiento social. Además de que pudieron probar su eficacia durante cerca de dos años, lo que transformó sin duda la realidad del trabajo presencial, híbrido y remoto en el mundo. 

Incluso, en el caso de México, las instancias gubernamentales como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) contemplaron ajustes a la normativa, como el caso de la NOM 037, en la que se contempla ya la incorporación de mecanismos legales para llevar a cabo el teletrabajo bajo condiciones de seguridad y salud. Hasta se prevé que las empresas faciliten las herramientas e infraestructura para que sus empleados puedan trabajar desde su hogar. 

Según cálculos de la STPS, alrededor de 13 millones de personas están en posibilidades de laborar a distancia y considera tanto beneficios como riesgos por los cuales es importante la existencia de las regulaciones adecuadas. 

Al tiempo que las personas comenzaron a trabajar a distancia se fueron evidenciando muchos beneficios, como el incremento de la flexibilidad y de la productividad o incluso el incremento de la satisfacción de los colaboradores. No obstante, en muchos casos el tema de la productividad quedó bajo cuestionamiento, pues algunos estudios han mostrado que ésta disminuye. 

Tal es el caso de una encuesta realizada por The Economist, basada en un sondeo con 10,000 empleados de empresas asiáticas donde se determinó que redujeron su productividad hasta en 20%. Muchos de nosotros pensaríamos que esto es contradictorio a lo que observamos, pues estando en casa, durante la pandemia, muchas personas coinciden en haber trabajado más tiempo, dedicando más horas a sus tareas.  No obstante, y como reza el título del artículo de la publicación londinense, los trabajadores remotos trabajan más tiempo, pero no de manera más eficiente, lo cual no abona en la fórmula de la productividad como resultado del producto generado entre las horas hombre dedicadas. 

Si bien lo anterior podría ser lapidario, no necesariamente es así para todos los casos y muchas personas, especialmente de las nuevas generaciones, suelen tener mejores resultados con el trabajo en casa, pues el nivel de concentración es mayor, sin tanto ruido o distracciones. También varía enormemente dependiendo del sector productivo y la cultura de las organizaciones. En ámbitos como la consultoría tecnológica y el desarrollo de sistemas, el trabajo remoto o al menos híbrido es una realidad que parece haber llegado para quedarse. 

LA TRANSICIÓN


El trabajo a distancia o los esquemas laborales híbridos, en los que las personas dividen el tiempo entre la oficina y las actividades en casa, dependerán en gran medida de un cambio cultural o social, cuyos orígenes datan de antes de la pandemia, aunque es claro el confinamiento de 2020 y 2021 aceleró de manera significativa.

Según la firma  Mckinsey, se estima que en Estados Unidos solo 25% de las personas trabajaba en casa previo a la pandemia, lo que ascendió a 62% durante el confinamiento y, pese a que luego de este periodo el porcentaje vuelve a bajar, se estima que no volverá a ser igual que antes. Y esto se debe a que aceleró una transformación que podemos ver desde varias aristas.

Una de ellas es la búsqueda de un equilibrio óptimo entre vida personal y trabajo. Los hallazgos en torno al trabajo a distancia indican que las personas aprecian la flexibilidad y autonomía, y les permite optimizar mejor sus cargas de trabajo mientras que por otro lado atienden aspectos que enriquecen su vida personal, como podría ser llevar a sus hijos a la escuela, resolver trámites públicos, atender consultas médicas e incluso realizar actividades deportivas en horarios “comúnmente laborables”, pero que pueden sustituir con un horario más extendido de actividades, en parte gracias a que se suele ganar mucho tiempo relacionado con los traslados. Incluso, se come mejor y más barato en casa, que hacerlo en la calle.

A su vez, pudimos observar como el trabajo remoto fomenta la descentralización de las grandes urbes, permitiendo a muchas personas regresar a sus lugares de origen en el interior del país o bien, cambiar de residencia a localidades con una mayor calidad de vida (calidad de aire, costo de servicios e insumos, acceso a mayores espacios, etc.). 

En lo relativo a la adquisición de talento, el trabajo remoto ha permitido acceder a los mejores profesionales en su ámbito sin importar su domicilio. Tanto nacional, como internacionalmente. Esto ha permitido tener gente ubicada en distintas ciudades del país colaborando en labores pasadas en Ciudad de México, o incluso en operaciones en otros países. Los críticos del trabajo remoto argumentan que si fuese mandatorio volver de nuevo a la oficina la gente regresaría a las grandes urbes, lo que es parcialmente cierto, pero con el modelo remoto se puede acceder a los mejores profesionales de otras grandes urbes sin la barrera geográfica. Además de que al encontrarnos en un mundo interconectado, hay países como Estados Unidos donde la demanda de profesionales internacionales en modelos de offshoring y nearshoring continuará creciendo los próximos años con independencia de las decisiones locales de algunas organizaciones. Por ejemplo, de acuerdo con la casa de análisis IDC el negocio de exportación de la industria de tecnologías de la información entre México y Estados Unidos crecerá arriba del 20% los próximos 3 años.  

Otro aspecto que está impulsando la transformación es la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente en la medida que las empresas reducen los traslados. 

También el ahorro en costos relacionados con bienes inmuebles y espacios de trabajo e, incluso algunos suministros necesarios para el personal, como agua, café o servicios de comedor, permiten beneficios a nivel macro; sin contar que los espacios de trabajo se pueden optimizar para hacerlos más eficientes con, por ejemplo, áreas compartidas o espacios diseñados para realizar reuniones en sustitución de cubículos individuales. Esto, en la fórmula de la productividad es sin duda positivo.

Asimismo, estos ambientes híbridos fomentan casi de manera intrínseca la inversión en plataformas de gestión de procesos, de recursos humanos y de producción basadas en tecnologías de la información, los cuales en son, en sí mismos (si se implementan y utilizan adecuadamente) detonadores de la productividad. Los empleados que trabajan bajo estos esquemas suelen estar más satisfechos y, por ende, más comprometidos con la organización.

Para lograr lo anterior, es vital contar con objetivos e indicadores bien definidos, contar con políticas laborales claras (como puntualidad en reuniones, comunicación abierta, disponibilidad y determinación de horarios laborales y su grado de flexibilidad), y una estrategia de recursos humanos orientada a la retención del talento.

 

FUTURO NO TAN DISTANTE


Datos de la OCDE muestran que tanto trabajadores como grupos gerenciales consideran que el trabajo desde casa crecerá significativamente en los próximos años. “Los líderes de las empresas también piensan que el nivel ideal del teletrabajo está entre los niveles pre y durante pandemia, pero más cercanos a este último: cerca de 70% de los trabajadores en el sector de servicios intensivos de conocimiento tienen esta posibilidad”, se detalla en el estudio.

Según este documento, los trabajadores de la manufactura y la construcción estarían por debajo de 20% de trabajadores en modalidad remota (algo relativamente lógico por los anclajes a activos físicos o actividades in situ), mientras que en los servicios relacionados con el conocimiento, oscilarían en 40%. 

Se cree que la evolución de las telecomunicaciones y de la cibernética facilitarán este proceso de adaptación a un trabajo a distancia. Incluso, estás herramientas permiten que los directivos reconozcan y atraigan talento a la organización sin las restricciones geográficas, incluso más allá de las fronteras. 

Esta disrupción social y cultura ha procreado una nueva cultura de nómadas digitales, un término pre pandemia pero que fue a raíz de ella que a muchas personas les hizo sentido, resistiéndose a regresar a sus centros de trabajo, incluso sacrificando un salario mayor.

Un artículo publicado por el diario Milenio advierte que estos nómadas digitales no son necesariamente jóvenes, como podría suponerse, sino que son personas cuyo “promedio de edad va de los 35 a 40 años y un número grande supera el medio siglo. Todavía son mayoría los nómadas varones (69%), pero cada año se incrementa la cifra de mujeres. Poco menos de un tercio de esta banda es estadounidense, le siguen las personas portuguesas, alemanas y brasileñas y luego un contingente muy diverso de otras nacionalidades”. 

También describe destinos preferidos para estos nuevos nómadas, como son Estados Unidos, Tailandia, España, Reino Unido, Alemania, Francia, México, Italia, Indonesia y Países Bajos, aunque estas personas no buscan países, sino ciudades, como es el caso de la Ciudad de México, seguido de Guadalajara, Cancún, Monterrey, Oaxaca, Querétaro, Playa del Carmen, Mérida y la Paz, por mencionar aquellas ciudades mexicanas señaladas en el sitio nomadis.com.

 

TELERIESGOS


Claro que en la balanza se tienen que poner otros factores que no abonan a esta tendencia. Uno de ellos es la idea de que si las personas no se organizan adecuadamente podrían entrar en un sedentarismo que les cause problemas de salud física e incluso mental. El aislamiento no solo puede causar problemas de ansiedad, sino de falta de motivación y hasta depresión.
También el lugar puede ser un problema. No todas las personas cuentan espacios adecuados y adaptados para trabajar de manera eficiente. Algunas personas durante la pandemia tuvieron que trabajar en el comedor o en una pequeña mesita en una recámara, sin clima, con ruido exterior o interior y, muchas veces, compitiendo con las clases virtuales de sus hijos.

En casa también hay muchos distractores que llevan a los trabajadores a rabbit holes, es decir, ventanas de ocio que los llevan a consumir mucho tiempo en detrimento de su productividad. 

La OCDE señala que 75% de los directivos temen que si se trabaja demasiado tiempo desde casa se puede reducir el grado de integración y colaboración con sus equipos de trabajo, además de que esto puede debilitar la cultura corporativa y con ello, perder lealtad hacia la organización. 

Otro punto identificado por el organismo es que existe la creencia de que esta poca colaboración juega en contra de la capacidad de innovación y de mejora continua de la empresa, evitando su proceso evolutivo y sus capacidades competitivas. 

Por otro lado, y aún contando con herramientas de e-learning y realidad virtual, las capacidades de aprendizaje disminuirán con los empleados que solo son entrenados a distancia. 

Y un punto que cabe aclarar y tiene que ver con el despliegue de una mayor y más robusta infraestructura tecnológica (y que de hecho fue identificado como uno de los próximos factores de riesgo en el mundo durante el World Economic Forum) es la mayor exposición a ataques cibernéticos.  

Sin embargo, más allá de los riesgos inherentes a cualquier cambio de paradigma. No hay duda de que trabajar a distancia ofrece un sin número de ventajas y de que la proliferación de los ambientes híbridos es prácticamente una realidad. La tecnología de información, en todos los niveles, jugará un papel fundamental en este proceso de transición. La pandemia nos probó que ya estamos listos para el cambio. Si bien es prudente ir paso a paso, poniendo bien en la balanza los pros y los contras entre el nomadismo laboral y monitoreando atentamente los resultados del negocio. 

Es vital comprender que el mundo post-pandemia ha cambiado y que para mantener la competitividad de nuestras organizaciones. Así como atraer y retener al mejor talento, sin importar en donde esté muy probablemente requeriremos una estrategia laboral que combine esquemas presenciales, híbridos y remotos acordes con cada ámbito y rol en la Compañía. 

Esta es una tendencia internacional, con competidores locales y globales que verán en el trabajo remoto una palanca de productividad, rentabilidad y acceso a mayor talento. Lo acompañan a su vez una serie de cambios generacionales donde la flexibilidad y el balance vida – trabajo son cada vez más importantes. Por lo que estar preparados para aprovechar lo mejor de cada esquema, nos permitirá mantenerlos a la vanguardia y evolucionar con el ecosistema. Si nosotros no permitimos el trabajo remoto y el híbrido, seguramente alguien más lo hará y correremos el riesgo de perder a nuestro talento.  

 

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