Tengo que admitir que no soy un ferviente seguidor del basquetbol, además de que a mis Lakers de Los Ángeles, lo sigo más por tener un equipo que por realmente una pasión desbocada por ese deporte de gigantes. Pero reconozco que sí suelo escaparme al televisor para ver algunos juegos de la NBA; así que aquí empieza mi historia.
No voy a olvidar aquel día de marzo de 2020 cuando, en todos los noticieros deportivos estalló la noticia de que el juego de los Jazz de Utah frente a Oklahoma sería suspendido debido a que un jugador de los Jazz, Rudy Gorbert, dio positivo al COVID19. Como fichas de dominó, las actividades públicas fueron cerrándose por lo que las jornadas deportivas fueron el primer indicador serio de que el confinamiento derivado por el “virus del murciélago” sería una realidad.
La UEFA y la FIFA nos dejaron sin futbol, los juegos olímpicos de Tokio se movieron a 2021, las ligas de Beisbol, de Hockey y de Futbol Americano anunciaron suspensiones temporales. Para quienes nos gusta soltar algo de adrenalina en el sofá, esto era no una mala noticia, sino ¡prácticamente el fin del mundo!
Pero pronto nos dimos cuente de que, la era de internet estaba ahí como paliativo.
Algunos deportistas reconocidos comenzaron a saltar a la cancha de los juegos virtuales haciéndose ahora gamers populares y con fanáticos observando sus transmisiones en plataformas como Twitch y YouTube.
Como es bien sabido, el uso de internet se detonó en 2020. Datos de la Internet Society advierten de un crecimiento de 70% del uso de la web, el consumo de ancho de banda en Europa y Estados unidos creció 47% y se rompió el récord de consumo promedio de datos, con 91.7 Terabits cada segundo.
Los estadios deportivos, por tanto, se movieron a las consolas y computadoras. Personajes famosos en las canchas como los futbolistas Neymar y Sergio Agüero; el basquetbolista Luka Dončić, y la estrella de futbol americano, Juju Smith-Schuster; se sumaron a las transmisiones de video juegos, atrayendo a sus fans a las plataformas digitales y añadiendo nuevos seguidores que, si de deportes sabían poco o nada, de juegos como FIFA, Fortnite o Call of Duty eran verdaderos expertos.
De hecho, Neymar se convirtió en el primer deportista famoso en tener un personaje de Fortnite, como lo revelaron algunos medios. Así que, además de tomarlo en FIFA para fortalecer sus equipos; los gamers ya lo podían seleccionar como parte de sus “guerreros” para completar misiones.
La transición de los deportistas a los videojuegos fue una puerta que la pandemia abrió para conectar dos mundos que, si bien, eran vecinos, no precisamente se comunicaban entre sí. Es cierto que Madden o FIFA o cualquier juego de deportes tiene a todas las estrellas configuradas con animaciones cada vez más cercanas a la realidad; al grado de que en ocasiones, algunos ingenuos o desprevenidos llegan confundirse con las transmisiones de juegos de video en vivo en internet; pero el hecho de que sean los mismos deportistas jugando video juegos “en vivo” ante audiencias contadas en millares pegadas a la computadora, o de que estos deportistas se metan a otros video juegos a completar misiones, como héroes digitales, sin duda fue un fenómeno que se gestó durante la pandemia.
Cierto que los videojuegos no son exclusivos de los millenials o centenials, pues ha sido la generación X la primera en haber tenido una niñez de video juegos. Pero sin duda son los más jóvenes los que se sienten en “su cancha” conectados de manera virtual, viviendo entre multitudes conectadas en nodos web, siguiendo héroes reales y virtuales a los cuales observan en torneos transmitidos en redes sociales. Esta nueva generación de gamers está abriendo un mercado que incluso algunos más veteranos ya no entienden o no desean pertenecer. Es un espacio donde la distancia tiene como frontera y puerta de acceso un módem y una cuenta de usuario. Es en este espacio donde los nuevos gladiadores, las nuevas arenas, los nuevos coliseos, se llenan a pleno con espectadores invisibles, ansiosos de acción desde la butaca de su IP.
Con la llegada de los deportistas al espacio del gaming, las reglas del juego se transforman. Y tú, ¿a qué “equipo” le vas a apostar?