Cómputo Cuántico

Universos paralelos, de la ficción a la empresa del futuro

No sé si es porque estoy inmerso en el mercado de la tecnología, pero mi impresión es que la fascinación por la computación cuántica es cada vez más intensa. Más allá de la literatura de ciencia ficción, las posibilidades que esto trae al terreno de los procesos empresariales podría ser verdaderamente disruptivo.

No exagero, la computación cuántica emerge como el próximo gran salto en el paisaje empresarial. Esta tecnología, que hasta hace poco era territorio de la ciencia ficción y de teorías físicas complejas, está empezando a dibujar aplicaciones prácticas y promete redefinir lo posible en el ámbito de los negocios.

Entonces me viene a la mente la idea de universos paralelos, popularizada en la literatura de ficción cuántica por autores como Neal Stephenson y Hannu Rajaniemi, que representa metáforas fascinantes para entender el potencial disruptivo de la computación cuántica.

En estos relatos, la superposición y el entrelazamiento cuántico no son meras teorías sino elementos centrales de una trama en la que los personajes experimentan múltiples realidades. Este concepto de multiplicidad y de posibilidades casi infinitas es muy parecido a lo que la computación cuántica podría significar para el mundo empresarial. Pero ¿podemos entender ya ese universo de nuevas oportunidades y desafíos?

Capacidades fuera de la caja
Los ordenadores cuánticos, como los desarrollados por IBM, Google y otras compañías, están en camino de ofrecer capacidades de procesamiento de datos mucho más allá de lo que es posible con los ordenadores clásicos. La base es la utilización de qubits que, a diferencia de los bits tradicionales que representan 0 o 1, pueden existir en múltiples estados a la vez gracias a la superposición cuántica. Esta es una edición sencilla pero práctica.

Esto llevado al mundo de las empresas y los negocios, podría ser una revolución en la optimización de procesos. Por ejemplo, pensemos en logística. Las empresas enfrentan constantemente el reto de optimizar sus cadenas de suministro, rutas de distribución y asignación de recursos. Los ordenadores cuánticos, con su habilidad para evaluar simultáneamente una gran cantidad de posibles soluciones, podrían identificar las rutas más eficientes o las estrategias de inventario óptimas con una velocidad y precisión sin precedentes.

Otra área prometedora que se me viene a la mente es el desarrollo de nuevos fármacos y materiales. La habilidad de simular con precisión las interacciones moleculares podría revolucionar la forma en que se descubren y desarrollan nuevos medicamentos, reduciendo significativamente el tiempo y el costo asociados con los ensayos clínicos y la investigación. Si la vacuna contra el COVID-19 se realizó en tiempo récord, gracias a los avances de la biotecnología, el uso de algoritmos cuánticos minimizaría dramáticamente estos tiempos.

Y qué decir del sector bancario, donde la computación cuántica podría transformar el modelado de riesgos y la gestión de carteras, con la aportación de análisis más profundos y rápidos de los mercados financieros. La habilidad para procesar grandes volúmenes de datos y modelar escenarios complejos con rapidez podría dar a los inversores una ventaja significativa.

Dudas cuánticas
Sin embargo, con estas nuevas capacidades vienen desafíos significativos, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad. La computación cuántica plantea una amenaza para los sistemas de cifrado actuales, que forman la base de la seguridad de datos en Internet. Los ordenadores cuánticos eventualmente podrán romper muchos de los algoritmos criptográficos actuales, lo que requerirá una transición a lo que se conoce como criptografía post-cuántica.

El reto de la digitalización, como la conocemos ahora, se exacerbaría de manera significativa, pues ahora las áreas de sistemas de las empresas asumirían la responsabilidad de acelerar y planificar su transición hacia los universos paralelos de la tecnología cuántica para asegurar que sus datos queden protegidos contra futuras amenazas. Esto implica no solo adoptar nuevos algoritmos, sino también prepararse para un panorama de seguridad en constante cambio.

La ruta hacia la era cuántica requerirá más que solo actualizaciones tecnológicas; también necesitará un cambio en el pensamiento empresarial. Tal vez, más pronto de lo que esperamos, las empresas tendrán que comenzar a capacitar a sus equipos en los principios de la computación cuántica y explorar cómo pueden aplicar esta tecnología a sus operaciones específicas.

¿Me estoy anticipando demasiado?, no lo creo.

Creo que es importante comenzar a pensar en alianzas entre empresas, instituciones académicas y gobierno; es decir, apoyarse en modelos de triple hélice para avanzar en los escenarios de implementación de tecnología cuántica y desarrollar normativas y estándares que guíen la adopción y uso ético de esta tecnología… sí, una historia parecida a la que estamos viviendo ya con la Inteligencia Artificial.

Si me preguntan si estamos al borde de una nueva era tecnológica, mi respuesta es: Sin lugar a dudas. Estoy convencido de que nos encontramos en una era transformadora, posiblemente mayor a la vivida con la invención de la computadora personal o el Internet.

 

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