Las Vegas. El lugar de ensueño de los apostadores. Para quienes gustan de la adrenalina del juego hacer viajes a la denominada “ciudad del pecado” cada vez es menos necesario. En primer lugar por la disponibilidad cada vez mayor de casas de apuestas (aunque de menor tamaño y alcance) en distintos lugares (incluidas muchas ciudades de México), esto sin contar la proliferación de aplicaciones que permiten hacer apuestas o realizar juegos de cartas en línea, con dinero real y con plena seguridad.
Pero en un futuro no muy lejano, los aficionados a las apuestas podrían encontrarse con una nueva herramienta incluso más poderosa: los videojuegos.
Esta intersección entre gaming y gambling promete transformar no solo cómo interactuamos con los juegos, sino también cómo percibimos y participamos en el mundo del juego. Pero resultará esencial entender este entrelazamiento y sus posibles repercusiones en la sociedad.
El casino en la Consola
Los videojuegos, considerados una forma de entretenimiento puramente recreativo, están adoptando cada vez más elementos que bordean el territorio de las apuestas. Investigaciones realizadas en todo el mundo han revelado un vínculo preocupante entre los juegos en línea y las apuestas.
Hace poco me encontré un estudio de Juegos de Azar Juveniles realizado en Australia en 2020, en el que destaca que cerca de 40% de los jóvenes participan en videojuegos con componentes de juego. Esto, que podría parecer inofensivo, significa sin duda el primer paso hacia una progresión más seria hacia el juego en línea por dinero y, finalmente, hacia las apuestas.
Pero la realidad es que parece haber una tendencia creciente en la industria de los videojuegos donde se incluyen juegos de casino social. Ejemplo de ello está en The Sims, GTA, Mafia o Yakuza. En estos juegos se imita la experiencia del casino de diferentes maneras, pero utilizan monedas o puntos virtuales en lugar de dinero real.
A pesar de no involucrar directamente dinero real, estos juegos pueden fomentar una mentalidad de juego, especialmente entre los jóvenes. Pero no descartemos la posibilidad de que pronto puedan conectarse a casas de apuestas que gestionen un “juego real”.
Otra característica común son los bienes virtuales, como armas o mejoras de personajes, que a veces se obtienen al azar. En algunos casos, estos bienes virtuales pueden incluso intercambiarse en línea por dinero real, lo que agrega una capa adicional de riesgo de juego. Además, las cajas de botín, recompensas obtenidas o compradas durante el juego, que contienen elementos aleatorios, se asemejan en gran medida a los juegos de azar, particularmente cuando se adquieren con dinero real.
Ludópatas Virtuales
Este vínculo entre los videojuegos y las apuestas plantea serias preocupaciones éticas, sobre todo por la edad promedio de los jugadores. Por hoy, los videojuegos, aunque pueden incorporar elementos de azar, generalmente no involucran dinero real, pero si estos se conectan con juegos de azar reales, creando una línea entre ambos, esto se volverá cada vez más peligroso, no solo para jóvenes, también para adultos amantes de los videojuegos.
La ludopatía podría convertirse en una verdadera pandemia.
Para ser sinceros, no me gusta tanto este tono catastrófico, pues considero que si los videojuegos entran por asalto al mundo de las apuestas, el marco regulatorio podría inmediatamente orientar su mirada a este mercado, como ya ha sucedido con el de las aplicaciones.
Lo que no cabe la menor duda, es que esto representaría una nueva forma de entretenimiento y potencialmente una nueva fuente de ingresos para la industria del juego. Así que, cuando esto suceda, tengamos mucho cuidado de “qué mano es la que jugamos”.