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Los momentos de ajustes: Estrategia de juego y de nube

Siempre los primeros minutos son los difíciles. No me gusta mucho la parafernalia, no me pongo jersey, ni gorra, ni frituras con dips de cremas picantes y cervezas frías o refresco en vasos repletos de hielo escurriendo gotas condensadas. Pero siempre estoy atento y preparado para cuando la patada inicial ocurre. Y siempre me mentalizo: Los primeros minutos son los difíciles.

Y es que en el futbol americano, para quienes gusten tanto de este deporte como yo, este juego estratégico toma tiempo para determinar cuál será el verdadero desarrollo de la partida. Los equipos se preparan con muchas semanas. Se estudian mutuamente, analizan las fortalezas y debilidades de cada jugador, prevén como neutralizarlos y cómo pueden ser neutralizados sus propios jugadores, exploran todas las estadísticas y determinan escenarios, desde los más científicos hasta los más intuitivos y hasta cabalísticos.

Sin embargo, las verdaderas decisiones se toman ya que arrancó el partido. Los famosos “ajustes” comienzan a notarse entonces con nuevas alineaciones defensivas, nuevas rutas ofensivas, nuevas designaciones en los bloqueos y hasta cambios en las alineaciones titulares para dirigir ataques o ajustar defensas con “armas menos conocidas”. Eso puede tomar 10, 15, 20 minutos o hasta toda la primera mitad del partido. Pero los ajustes, cuando se hacen bien, se notan en el marcador.

Mientras que poco a poco retiro mi espina dorsal del respaldo del sofá para inclinarme y poner los codos sobre las rodillas y los puños sobre la barbilla, comienzan a inundarme las analogías.

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En el ecosistema empresarial de las Tecnologías de la Información estamos viviendo un momento interesante. La transición de procesos y transacciones hacia la nube está paulatinamente mostrando sus beneficios. Uno de ellos es claramente la flexibilidad y escalabilidad.

Mientras que fuera de la nube, cuando el hardware y el software son adquiridos y establecidos en servidores dentro de la organización (on premise), tanto la paquetería de software como los equipos de hardware, incluidos servidores y comunicaciones, se pagan por completo. Si se utilizan o no, es lo de menos, ya están pagados.

En contraste, los modelos as a service, que son comunes en las soluciones diseñadas para vivir en la nube, solamente cuestan en la medida que son utilizados. Lo anterior se traduce en algo muy sencillo: Flexibilidad.

Pero es mejor no trivializar. Hacer el cálculo correcto de lo que se requiere es una tarea que debe realizarse con sumo cuidado. Si bien, la nube te vende esa elasticidad, si no se configura de manera adecuada, el sitio de la empresa puede colapsar y con ello afectar dramáticamente la experiencia del usuario; pero si hablamos de un proceso donde la clave es la ejecución de transacciones, esto podría significar la quiebra.

Y no exagero. Pensemos en una empresa que está preparando una campaña de ventas en retail para la temporada de verano, o para una fecha especial. Digamos… qué tal el supertazón. Sabemos que, en un evento como este, las ventas pueden dispararse, ya sea de pizzas, bebidas, botana, carne para asar y hasta ropa deportiva.  La expectativa de un evento como este va más allá de la duración misma del evento, pues existe la expectativa previa y también una curva en caída posterior.

Para el área comercial y de mercadotecnia, el pronóstico de la demanda significa un verdadero reto, pues las variables son muchas, desde los equipos que llegan a disputar la final, hasta el resultado del partido. Incluso, la euforia puede durar algún tiempo y con ello el consumo de ciertos productos o servicios.

Al igual que la preparación de un partido, los equipos de venta y comercial deben alinear las estrategias de la campaña con otros protagonistas de la empresa: el área de tecnología, que de pronto, se convierte en el blanco de las miradas.

Al tener la plataforma TI en la nube, se pensaría que todo es cuestión de solicitar más recursos (más capacidad de procesamiento, almacenamiento, etc.). Tal vez ya estén definidos un pronóstico, una estrategia, diferentes escenarios; los picos de la demanda ya estarían establecidos a partir de los modelos comerciales y estadísticos. Sí, todo parecería listo. Pero determinar los recursos a solicitar, es otra operación quirúrgica que la empresa debe realizar.

El equipo de tecnología es crucial aquí. Se tiene qué determinar en qué procesos se tendrán los picos, cuáles son las aplicaciones y transacciones que soportarán dichos procesos, qué aplicaciones o procesos son propios y cuáles de terceros. Habrá muchas preguntas qué responder: ¿Está bien calculada la volumetría de datos?, ¿cuáles son los recursos destinados a la pasarela de pagos? ¿se tienen que hacer modificaciones técnicas o tecnológicas?, ¿el equipo de operación está habilitado para soportarlo?

Todo lo anterior es parte de una serie de aspectos que deben ser resueltos desde el área de tecnología y operaciones en alineación con las áreas de negocio. Y una vez que se resuelven y que los equipos de mercadotecnia, comercial, operación y de tecnologías de información están preparados, se presenta lo mejor: Arranca la campaña.

Al igual que el partido de fútbol americano, las primeras horas podrían ser las más difíciles. Aún con todo bien planeado y estudiado, ahora vienen los ajustes. La competencia juega, los clientes reaccionan, las circunstancias participan. Los imprevistos llegan.

Los equipos de las diferentes áreas de las empresas entran en el juego tal y como lo hacen los equipos de entrenadores de un equipo de fútbol americano. Si hubiera una explosión de demanda arriba de lo previsto, debemos estar ahí para reaccionar. Si los requerimientos cambian por circunstancias propias del evento, es necesario estar alineados y hacer los ajustes. Ha habido casos en que los sistemas se caen, los procesos de pago se aletargan o los sistemas de venta entran en conflicto. Los “coaches” tenemos que reaccionar de inmediato para salvar el partido.

La computación en la nube nos da ventajas. Podemos ser tan elásticos como queramos o podamos. El análisis de datos y el uso de herramientas de inteligencia artificial son más fáciles de usar en la nube. Sí, pero si no tenemos un buen cuerpo de entrenadores, una gran oportunidad de traer beneficios a la empresa puede convertirse en el peor de los fracasos. Nada mejor entonces que estar bien entrenados y alineados como equipo para improvisar.

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Termina el último cuarto. Los ajustes hechos por mi equipo funcionaron. Otra vez, ganamos.

Y, ¿a tu equipo? … ¿qué tal le está yendo en la temporada?

 

 

 

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