Por: Blanca Córdova & Josué Rivas
Una estrategia de datos es un plan integral que guía a una organización en el uso y manejo de sus datos para apoyar la innovación, mejorar la eficiencia operativa y lograr una transformación digital. Mientras que las empresas adquieren nuevas tecnologías también se ven proclives a un caos informático que, en ocasiones, causa más problemas que soluciones. Las empresas que buscan transformarse digitalmente deben abordar, por tanto, varios desafíos y adoptar una estrategia de datos bien diseñada y alineada con la estrategia de negocio para asegurar su éxito.
Las empresas que inician un proceso de transformación digital a menudo enfrentan diversos problemas comunes. Uno de los mayores desafíos es la existencia de silos de datos, donde la información está aislada en diferentes departamentos. Estos silos dificultan la comunicación, la colaboración y la toma de decisiones basada en datos, lo que puede llevar a ineficiencias, duplicación de esfuerzos y una visión fragmentada del negocio.
Sumado a lo anterior, si las empresas carecen de una cultura organizacional que fomente la experimentación y la adopción de nuevas tecnologías, quedan destinadas a limitar su capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado. Para superar estos desafíos, es esencial diseñar una estrategia de datos que contemple aspectos tecnológicos, organizacionales y culturales.
La primera etapa de una estrategia de esta naturaleza consiste en realizar un diagnóstico exhaustivo que arroje luz sobre las competencias de la empresa en cuanto al manejo de datos y tecnología. Esto implica identificar brechas en el conocimiento y las habilidades necesarias para trabajar con datos de manera efectiva, así como definir los roles y responsabilidades clave, como científicos, ingenieros y analistas de datos.
Luego del diagnóstico, se puede implementar programas de capacitación y desarrollo para cerrar posibles brechas identificadas. Estos programas deben incluir formación en habilidades técnicas, como el análisis de datos, la ciencia de datos y el uso de herramientas de visualización de estos.
Cultura organizacional
Lo anterior requiere promover la educación continua para mantener a los empleados actualizados con últimas tendencias y tecnologías relacionadas con el manejo de la información. Por ejemplo, un caso documentado en McKinsey & Company muestra como la firma Freeport-McMoRan ha utilizado la combinación de inteligencia artificial y conocimiento institucional para optimizar sus operaciones mineras, logrando una toma de decisiones más rápida y eficiente gracias a una cultura de aprendizaje continuo y adopción de nuevas tecnologías.
Además de la capacitación, es fundamental fomentar una cultura organizacional que valore la colaboración y la transparencia en la comunicación. Esto puede lograrse mediante la creación de equipos multidisciplinarios que incluyan miembros de diferentes departamentos y, de esta manera, difuminar las barreras y fomentar una visión compartida. Otro caso es Goldman Sachs, que a través de su plataforma digital Marcus han demostrado la importancia de una cultura ágil y colaborativa para implementar rápidamente soluciones innovadoras en respuesta a las necesidades del cliente durante la pandemia.
La tecnología también juega un papel crucial en la implementación de una estrategia de datos. Resulta básico adoptar herramientas y plataformas integradas que faciliten el acceso y el análisis de datos por parte de todos los empleados. Soluciones basadas en la nube pueden ayudar a centralizar los datos y eliminar silos, permitiendo un flujo de información más libre y eficiente en toda la organización. También documentado en un caso de McKinsey & Company, la empresa minera Petrosea utilizó tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y sensores inteligentes para mejorar la eficiencia operativa y reducir costos, transformando su modelo de negocio y asegurando su relevancia en el mercado.
Estrategia continua
La limpieza y el mantenimiento de los datos también son elementos que deben ser integrados en una estrategia de datos, pues éstos deben ser constantemente revisados y actualizados para asegurar su precisión y relevancia. Esto incluye la eliminación de datos duplicados y la estandarización de los campos de datos para evitar confusiones y errores. La centralización de los datos también facilita su limpieza y mantenimiento, proporcionando datos verificados y precisos para la toma de decisiones.
Como en cualquier estrategia, sin buenos líderes, no es factible tener éxito. La incorporación de líderes familiarizados con tecnologías digitales y la creación de roles específicos para la transformación pueden marcar una gran diferencia. Estos líderes deben estar comprometidos con la transformación y fomentar una cultura de experimentación y aprendizaje continuo. Empresas exitosas tienen como común denominador haber demostrado cómo el liderazgo digital puede impulsar la implementación de soluciones innovadoras y que aporten un valor tangible al negocio.
Cuando una estrategia de datos está bien diseñada y ejecutada es posible tener certeza de alcanzar una transformación digital exitosa. Cualquier iniciativa de esta índole debe abordar aspectos tecnológicos, organizacionales y culturales, y debe incluir programas de capacitación y, desde luego, la adopción de tecnologías avanzadas. Una estrategia de datos efectiva puede transformar sus operaciones, mejorar la eficiencia y mantener su competitividad en el mercado, sobre todo en la actualidad, pues los cambios, no solo ocurren, sino que son cada vez más acelerados.