El concepto de «Digital First» propone una reorientación fundamental de las estrategias empresariales hacia la primacía de lo digital en todas las operaciones y decisiones. Hoy es claro que la gran mayoría de las empresas están buscando, de una u otra forma, obtener ventajas competitivas a partir de los modelos de negocio centrados en este concepto y aprovechar así las ventajas de los canales digitales, que se han convertido en una prioridad para las organizaciones.
Ya no se trata de si se es visionario o no. En el mundo empresarial actual, la digitalización se ha convertido en un imperativo para la supervivencia y el éxito a largo plazo, pues las empresas se encuentran en un entorno altamente competitivo y que evoluciona cada vez más rápido, por lo que contar con la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y las demandas de los clientes es crucial. Y justo, la digitalización, promete ser la herramienta que agilice la toma de decisiones orientadas a estos golpes de timón.
Fuera lastres
Una de las principales ventajas de adoptar un enfoque Digital First es la agilidad. Como señalan Tapscott y Williams en su libro «Wikinomics», las empresas que dan prioridad a lo digital tienen información e inteligencia disponible para incrementar la capacidad de identificar y responder de manera rápida a los cambios del mercado y las necesidades de los clientes. La agilidad se convierte por tanto en un diferenciador clave en un entorno empresarial dinámico y competitivo. Las empresas Digital First pueden adaptar sus productos, servicios y estrategias en tiempo real, lo que les permite mantenerse relevantes y competitivas en un mercado en constante evolución.
Además de la agilidad, la innovación continua es otro aspecto crucial que caracteriza a las empresas orientadas a lo digital. Bajo este entorno tecnológico, la experimentación y la creatividad florecen, pues el constante flujo de datos motiva a que los colaboradores se internen en una dinámica de elaboración de nuevas ideas y soluciones. Chris Anderson, en su libro «The Long Tail», argumenta que los canales digitales ofrecen oportunidades sin precedentes para llegar a nichos de mercado antes inaccesibles. Esto permite a las empresas desarrollar modelos de negocio altamente especializados y rentables, basados en la innovación y la personalización.
Pero, la innovación no se limita solo a productos y servicios. Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, en «The Second Machine Age», destacan cómo las tecnologías de la información están transformando los modelos de negocio en su conjunto. Las empresas que apuestan a tener plataformas digitales no sólo innovan en lo que ofrecen, sino también en cómo lo hacen. Esto implica la reinvención de los procesos internos, la optimización de la cadena de suministro y la creación de nuevas formas de interactuar con los clientes. Digamos que tienen una “actitud” digital en términos operativos.
Customer First
Sobra decir que para una empresa el cliente es lo más importante, es por ello que el enfoque en sus necesidades es estratégico y para ello los recursos digitales resultan ser una herramienta de gran utilidad. Las empresas deben escuchar activamente a sus clientes, entender sus necesidades y deseos, y adaptar continuamente sus estrategias para brindar una experiencia excepcional. Esto ha cambiado mucho en la era de la informática y, más específicamente, de internet; pues permiten tener retroalimentación e interacción con los clientes de manera instantánea y adecuar las respuestas en tiempo real.
La digitalización, a partir de sistemas orientados al cliente (como los CRM, o los Call Centers), o al enlace entre clientes y proveedores (SCM), permite generar un alto grado de transparencia y confianza, lo que representa otros valores empresariales que emergen naturalmente en un entorno digital totalmente integrado y mayormente automatizado.
Las empresas que transitan en canales digitales valoran la honestidad, la autenticidad y la construcción de relaciones basadas en la confianza y la transparencia. En este nuevo mundo la información está al alcance de todos, por lo que las empresas deben ser transparentes en sus operaciones y comunicaciones. Esto no solo construye confianza con los clientes y partners de valor, sino que también fomenta lealtad y fidelidad a la marca.
La colaboración y la apertura son valores que también caracterizan a las empresas que ya navegan en modelos Digital First. Partiendo del entendido de que la conectividad es omnipresente, las empresas tienen la oportunidad de colaborar bajo nuevos esquemas, tanto interna como externamente. Un ejemplo de ello es el diseño y la ingeniería, cuyos nuevos formatos digitales menos pesados para compartir a través de plataformas basadas en internet, ayudan a desarrollar un ir y venir constante de los diseños entre diversas ubicaciones, incluso en distancias transoceánicas.
La colaboración con socios, proveedores y clientes construye procesos de creación de valor de manera más eficiente y efectiva. Además, la apertura a nuevas ideas y perspectivas puede impulsar la innovación y el crecimiento empresarial.
Si bien la eficiencia, la productividad, el enfoque en el cliente y la innovación son factores que ayudan a justificar las iniciativas Digital First, otro aspecto de gran relevancia actual es la responsabilidad social y ambiental. Scott Galloway, en «The Four» (un libro en el que el autor analiza la naturaleza innovadora de Amazon, Apple, Facebook y Google), muestra cómo las grandes empresas digitales están cambiando su manera de operar y muestra su impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.
En lo que es entendido ya como un cambio generacional, las empresas Digital First buscan de manera genuina operar de manera ética, sostenible y socialmente responsable. Esto no solo es bueno para el planeta y la sociedad, sino que también es ya una ventaja competitiva, al atraer a clientes, empleados y partners comprometidos con valores similares.
La agilidad, la innovación continua, la orientación al cliente, la transparencia y la confianza, la colaboración y la apertura, y la responsabilidad social y ambiental son algunos de los valores empresariales que emergen en este nuevo paradigma empresarial. Aquellas empresas que adopten estos valores y los integren en su cultura organizacional estarán mejor posicionadas para prosperar en la era digital.