Hace poco, durante una charla relacionada con dirección y liderazgo, un amigo cercano, a quien le gusta la aventura del senderismo, me comentó sobre lo importante que es que los guías de las rutas dominen bien la técnica del Trekking, la cual consiste en andar por rutas no marcadas. En otras palabras, que sepan no solo elegir las mejores veredas, sino que puedan abrir camino cuando no lo haya. Perderse en la montaña es fácil si te sales del camino. Pero si entiendes de Trekking puedes, no solo orientarte mejor, sino elegir los mejores espacios para aproximarte a tu destino.
Luego de esa conversación, me quedé pensando en que algo parecido está sucediendo con la inteligencia artificial. Es necesario en ocasiones, abrir caminos nuevos, actuar como guía de senderismo para llevar a los grupos por rutas más seguras. Recorriéndolas primero para que, cuando lo hagas con tu grupo, los senderos estén ya probados.
Pienso entonces en la consultoría informática. Con la IA generativa a la vanguardia de la transformación actual, existe la responsabilidad de ser guías expertos. Es decir, asesores que ya hayan andado el camino.
Si lo vemos de manera ética, podemos pensar en autenticidad y credibilidad. No basta con ser expertos en teoría; hay que demostrarlo en la práctica. Para las consultoras, esto significa integrar la IA generativa en sus propios procesos internos para maximizar la eficiencia y mejorar la toma de decisiones. Según QuantumBlack, la división de IA de McKinsey, las empresas que combinan la inteligencia humana con la inteligencia artificial no solo optimizan sus operaciones, sino que también logran resultados más rápidos y precisos para sus clientes.
La IA generativa tiene el potencial de transformar múltiples aspectos de la consultoría informática. Desde la automatización de pruebas de regresión y auditorías de código hasta la generación de documentación inteligente y análisis predictivo, las aplicaciones son vastas y variadas. Algunas firmas están aprovechando estas capacidades para desarrollar software que no solo audita y documenta, sino que también optimiza procesos de manera autónoma.
Un ejemplo es la integración de algoritmos autónomos de última generación que no solo mejoran la eficiencia, sino que también permiten una toma de decisiones más autónoma basada en datos. Este enfoque no solo aumenta la precisión, sino que también libera a los consultores para que se enfoquen en tareas más estratégicas, elevando así el nivel de servicio ofrecido a los clientes.
Ser líder es ser ejemplo
Adoptar la IA generativa no es solo una cuestión de mejorar la eficiencia interna; es una declaración de intenciones. Es demostrar que las consultoras no solo hablan sobre transformación digital, sino que la viven día a día. Esta autenticidad es crucial en un mercado competitivo donde los clientes buscan socios que no solo les vendan soluciones, sino que también los guíen con experiencia de primera mano.
Las consultoras empiezan a comprender este principio y algunas se han embarcado en una transformación digital profunda, utilizando IA para revisar y mejorar cada aspecto de su operación. Desde el análisis financiero hasta la optimización de procesos internos, es posible usar la IA no solo para los clientes, sino también para mejorar el modelo de negocio propio. Más allá de ser una ventaja competitiva, permite ofrecer servicios más alineados con las necesidades de los clientes.
Nueva brecha
El viaje hacia la adopción de la IA generativa no termina con la implementación de la tecnología; de hecho, ahí es donde comienza. Para realmente cosechar los beneficios de la transformación digital, las consultoras deben invertir en la capacitación de su personal y en la transformación de su cultura corporativa. Este enfoque no solo asegura que los empleados estén alineados con la visión tecnológica de la empresa, sino que también empodera a los equipos para que sean más creativos y proactivos en la identificación de nuevas oportunidades para la IA.
Esto significa que, además de implementar soluciones de IA para el cliente, es clave y estratégico construir un laboratorio de aprendizaje dedicado con tecnólogos y científicos de datos para desarrollar nuevas herramientas y estrategias. Esta inversión en el aprendizaje continuo asegura que los empleados estén siempre a la vanguardia de la innovación, listos para enfrentar cualquier desafío que la IA pueda presentar.
Si bien el senderismo no es lo mío, me queda claro que, en las veredas de la IA, a mí, como profesional de Tecnologías de la Información, me toca sacar el machete y abrir brecha. La adopción interna de la IA generativa no solo mejora la eficiencia y la toma de decisiones, sino que también establece un estándar para lo que es posible cuando se combinan la tecnología y la experiencia humana.
En el mundo de la consultoría, es vital predicar con el ejemplo, y no hay mejor manera de hacerlo que adoptando las herramientas que transformarán los años por venir. Y, como rezan las conocidas coplas de Joan Manuel Serrat basadas en el poema de Antonio Machado:
Caminante, son tus huellas
El camino y nada más
Caminante, no hay camino
Se hace camino al andar